Primer plenario del WCF Madrid 2012: “Si la familia se desintegra, se desintegra el ser humano mismo, su felicidad, su escuela de desarrollo en el amor y escenario natural de optimismo; defender la familia es defender al hombre de su autodestrucción”.
'El hecho del matrimonio'
MADRID, VIERNES 25 DE MAYO DE 2012.- Presidida por Jenice Shaw Crouse, Ph. D. (EEUU), daba comienzo la primera sesión plenaria del Congreso Mundial de Familias Madrid 2012, centrada en “El hecho del matrimonio”.
“Conscientes de que cada generación se enfrenta siempre a un problema crucial cuya solución no da lugar a demora, este es ahora de forma destacada el de la desintegración de la familia y el matrimonio, que afecta a nuestros países”, señalaba la experta.
En defensa del matrimonio natural“En nuestras distintas culturas y épocas, la familia basada en el matrimonio había sido considerada siempre la piedra angular y fundamento de
toda nación fuerte. Este principio fundamental, que nunca se había
discutido, está siendo en la actualidad socavado por quienes ceden en primer lugar a los ataques contra el matrimonio; sin reconocer la seriedad del tema y sus terribles efectos negativos sobre toda la sociedad, no podremos realizar una defensa eficaz de la institución básica de toda civilización”, explicaba Shaw.
En estas premisas se incidía a continuación en su mensaje a los congresistas el Metropolitan Hilarion Alfeyev, indentificando el hedonismo y el consumismo imperante en nuestras sociedades como factores destacados que minan la relación familiar, junto al autopermisivismo y el desarrollo del propio ego, frente a lo cual proponía la defensa de los valores de la vida familiar basada en la unión aceptada de manera libre y estable entre un hombre y una mujer, que buscan legar un mundo mejor a través de la comunión de amor que crean con sus hijos, a los que tienen el derecho de educar según sus convicciones morales y religiosas.
Afrontamos el reto del siglo XXIA continuación, el arzobispo Dmitrl Smimov de la Iglesia ortodoxa rusa centraba la cuestión en ser conscientes del origen divino de la familia, y de cómo los ataques que padece la familia son reflejos del mismo azote laicista que se libra contra la Iglesia y contra Cristo:
“Debemos ser conscientes de
que la familia no es una mera institución creada por el hombre, sino que
tiene un origen divino; como ocurre con el hombre, creado a imagen y
semejanza de Dios, en la familia encontramos la imagen de la divinidad misma en tres manifestaciones: la del varón, la de la mujer y la del hijo. Si la familia se desintegra, se desintegra el ser humano mismo, su felicidad, su escuela de desarrollo en el amor y escenario natural de optimismo; defender la familia es defender al hombre de su autodestrucción”.
J.EscriváPero para defender la familia es necesario, ante todo, saber de qué familia hablamos. En ello ha incidido el Dr. Javier Escrivá Ibars, en su ponencia “El hecho del matrimonio. Retos ante una crisis”.
“El siglo XX se despidió indeciso. Entre las revoluciones del siglo XX destaca la de la familia, el matrimonio y las relaciones paterno-filiales, que generaron un cambio radical en el Derecho de Familia que repercute en las leyes que se adoptan”. Frente a ello, y recuperando el mensaje de Benedicto XVI en el Encuentro Mundial con las Familias de Valencia, el experto hacía hincapié en que el matrimonio y la familia no son productos culturales o ideológicos, sino que hunden su raíz en un hecho natural que nos remonta a nuestro Creador, que los hizo hombre y mujer, con la finalidad de complementarse sexual y afectivamente y de procrear”.
Así, ser conscientes de lo que es la familia, frente a un cajón de sastre en lo que cabe todo, permite su defensa y, como añadía Escrivá, “hace justicia a la verdad sobre el hombre y a su sentido”.
Mesa de la sesión plenaria sobre matrimonio“La familia es el futuro de la sociedad”, coincidía a continuación el rabino jefe Moisés Bendahan (España):
“Dios nos pudo crear en plenitud, pero sería mera caridad. Nos dio
libertad, potencialidad, para que alcanzáramos esa plenitud nosotros
mismos. El matrimonio y la familia es el marco en el que se desarrolla nuestra naturaleza espiritual y cumplimos los objetivos de la creación, una comunidad basada en el amor, que es la facultad para cumplir con las necesidades del otro, donde nos sentimos además valorados desde que somos, y la mejor escuela en la que podemos desarrollarnos”.
Precisamente en el “valor de la familia natural” incidía Elder Erich Kopischke. El experto alemán recordaba el derecho de los menores a desarrollarse con la referencia de un padre y de una madre, algo que se pierde en muchas ocasiones en sociedades como las nuestras, minadas por el divorcio, y caracterizadas por familias desestructuradas o donde la maternidad se afronta muchas veces en soledad.
Lola Velarde, presidenta de la Red Europea del Instituto de Política familiar (IPF) recordaba las 101 medidas urgentes propuestas a las administraciones por el prestigioso Instituto, frente a la situación de abandono que sufre la familia, que pasan por un pan integral de
apoyo a la familia en el que se valore y se apoye la maternidad, se
favorezca la conciliación entre vida laboral y familiar, se incida en el derecho de los padres como primeros educadores y se facilite la participación de las familias en la sociedad, entre otros factores fundamentales.
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